lunes, enero 17, 2011

Es porque aquí no pueden estar todos (un poema de Tomás Segovia)



RASTREOS POR MIS LINDES
  Segundo rastreo
(de Tomas Segovia, el que acuna la voz primera)


A este tan consabido
Tan ya mil veces visto viento fresco
¿Se lo he dicho ya todo?
Él viene sin memoria
Sin saber cuántas veces vino antes
Él viene siempre por primera vez
Pero yo por desgracia por desgracia
No podría tener esa inocencia
Sé cuantas cosas ya le tengo dichas
Bien quisiera esta vez callarme
Serle del todo fiel sin ponerme a escondidas
A retozar con las palabras
Mas todo lo que ya le tengo dicho
Sigue flotando aquí como en el aire
Sigue soplando en su frescura
Sigue hablándole a él que sé que no me escucha
Y quién escucha cuando nadie escucha
Porque no sé si hablo para alguien
Pero sé que no hablo para mí
Hablo en el aire pero no redundo
También yo a mi manera
En lo que tengo dicho encuentro
Todavía el sabor de una primera vez
Dónde está mi inocencia
Dónde sigo viviendo en donde vive el viento
Donde con él me arrojo de cabeza
Y estoy soplando arriba doblegando
Con la más soberana autoridad
Estas ramas supremamente dignas
Que azotadas así no se desdicen
Y hablándoles también a ellas
Como si por mi voz hablase el viento
Como si se pudiera hablarles a las ramas
Como si yo pudiera hacerme rama
O hacer hombre a la rama
Y es claro que no habrán de responderme
Ni la rama ni el viento
Mudamente enlazados en esa lucha hermosa
Está claro que nunca podré ser de su raza
Está claro a qué estirpe pertenezco
Pero yo tengo cosas que decir a los míos
Y que ellos no podrían escuchar
Sino en lo que yo digo cuando le hablo al viento
Cuando hago deserción de entre los míos
Y voy a revolcarme con las ramas
Pidiendo a todos que me dejen solo
Que ninguno me hable
Que se queden allá con sus asuntos
Con sus palabras con su algarabía
Pero si estoy aquí dando la espalda a todos
Es porque aquí no pueden estar todos
Y alguien tiene que estar
Alguien aquí tiene que hablar por ellos
Hablar con el murmullo intraducible
De las tozudas ramas

O con la música sin voz del viento
Y volver a hablar siempre sabiendo bien que nunca
Quedará todo dicho
Hablar sin redundar aunque siempre repita
Hablarle al viento y al follaje
Que no tienen respuesta
Como si la respuesta
Pudiera estar sin voz en ellos mismos
Como si respondieran a una primera vez
A una primera voz
Que sigue interrogando a lo que no responde
Y quiere responder a lo que no pregunta
Primera voz que no ha sonado nunca
En oído ninguno
No para pronunciada para reverenciada
Que no pide respuesta ni obediencia
Pide fidelidad
Y aunque ellos no lo sepan
Si toleran mi voz de desertor
Si sólo a medias me condenan
Si me siguen teniendo entre los suyos
Cuando les doy la espalda
Y permiten que hable
Con lo que no está permitido hablar
Es porque ellos también son fieles
Es que detrás de ellos
Sigue viviendo una primera voz
Que sigue hablando con el viento y con las ramas
Es que sigue callada en sus palabras
La voz que han olvidado pero no traicionado.

Mayo 2010

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