lunes, noviembre 30, 2009

Queremos Galego

defender a lingua e defender a palabra de todos: Sempre nos queda a palabra, é o que todos temos para apropiarnos da nosa dignidade. Todos os pobos, todas as linguas.

viernes, noviembre 27, 2009

Gordos, de Daniel Sanchez Arevalo



(Gordos, Daniel Sánchez Arévalo, 2009)
      Pizza, carne, helados, chocolate. Encontrar en la opulencia de tragar el suplemento de una pobreza de vivir que apenas podemos confesar. Nadie va a la terapia para adelgazar, sino para tener a alguien con quien hablar de las razones de su disgusto con la vida y con el cuerpo. Como nosotros, ellos se curan cuando aprenden a vivir con el mal que les constituye. ¿Puede haber otra cosa? Entre el espectáculo informativo y el determinismo social, hace tiempo que palpitamos en este reino inestable. 

         Y sin embargo, Arévalo (nos ahorraremos el Sánchez para evitar equívocos) corre el riesgo de no contentar a nadie. La buena gente de derechas verá aquí una aproximación herética a la religión, su mezcla con elementos espúreos. La buena gente de izquierdas verá ahí demasiada metafísica, demasiado "apolítica" y, desde luego, un exceso caótico de registros y temas. Con un gran pecado añadido: progresismo y reacción tampoco están deslindados. Demasiada complejidad en el mismo saco: La religión y la sexualidad, el desamor y la descendencia, el fracaso y las terapias, la fraternidad y la inmadurez. Como ahora mujeres y hombres estamos yaigualados por “saber hacer sólo una cosa”, ser cobardes, el resultado probable es que se dejará de lado esta complejidad para ir a ver Ágora o 2012

         Cierto, en Gordos el peso es lo de menos. Soltera, casado, separado, viudo u homosexual en edad de merecer, lo que angustia, bajo las distintas identificaciones a las que nos adherimos, es la dificultad de vivir. Seas homosexual u heterosexual, varón o hembra, gordo o delgado, nadie te librará de enfrentarte a la extrañeza de un mal que no tiene género ni cura fácil. La frustración es la ley en este reino que ha perdido la naturaleza. Soy un "heterosexual reprimido", llega a decir en cierto momento el gay oficial del grupo, expresando el colmo de la desgracia en esta democracia que ha de ser socialista incluso por la derecha. Pero en este punto, uniendo en el drama de vivir a personajes tan distintos, Arévalo está de vuelta del "partidismo" de la España oficial y su obsesión por la definición ideológica y el nivel de vida. Por así decirlo, Gordos es filosóficamente posterior a esta bendita crisis que promete eliminar parte de la espuma que nos sobra, de la movida que nos sobra, del deseo que nos sobra. A pesar de su cáscara, a veces extremadamente barroca, la película es "primaria" (casi tanto como Azuloscurocasinegro) frente a la deconstrucción barata que ha hecho estragos en esta nación terciaria. 

         Lo que engorda a los protagonistas, dice Arévalo, es aquello ajeno que viven y que no saben cómo digerir. En este sentido, el director ensaya un primer plano sobre lo que entra y no puede salir, sobre lo que aumenta nuestra deformación, una corrupción difícilmente tratable. Lo sepa el director o no, esta tragicomedia merodea la falta de límites típicamente española, esta incapacidad "surrealista" para lo real, una impotencia que no acaba de reventar en ninguna crisis. El hastío que provoca este malestar neurótico de no caber en tu cuerpo surge del bienestar patético en el que nos hemos encerrado. En efecto, en Gordos apenas hay exteriores, todo transcurre en salas más o menos acondicionadas. 

         Es más, todos los personajes tienen su patología sobredimensionada por el hecho de estarvacantes, quiero decir, sin ninguna tarea externa. Me explico. No es que la gente “normal” (y todos somos normales en este punto) haya de tener necesariamente una gesta histórica. Lo que no puede hacer, bajo el riesgo de enfermar, es renunciar al heroísmo de vivir. Y en cierto modo, salvo en parte el cristiano militante, salvo quizá el terapeuta, casi todos ellos han atenuado al máximo esa relación con el exterior de nadie. De ahí que sufran el efecto de rebote de una neurosis relacional que se les viene encima. Como en nuestra querida “América”, les engorda el hecho de ser penosos animales domesticados, pues ninguna tierra desconocida les desgasta. Con o sin obesidad mórbida, todos ellos están a punto de padecer una neurosis mórbida por falta de un estrés de exterior que relativice todas esas chorradas de interior que padecen. El mérito de Arévalo es elevar a cierta tensión épica, con su dosis de drama y ternura, esta falta de épica que todos padecen. Ya en España invertebrada Ortega esbozaba este drama existencial delparticularismo, un divorcio con respecto al reto de la fuerza que aquejaba a nuestra cultura media. Al adelgazarse la relación con el afuera, se engorda la bulimia del interior. El amor y el desamor siempre serán peligrosos, pero su drama se desorbita hasta efectos cómicos en una atmósfera cerrada. Con bastante fortuna y belleza, Arévalo navega en estas aguas viciadas. 

         La enfermedad, la hipocondría, las alergias son un resultado de no atreverse a tenerenemigos; a estas altura del baile, todos sabemos algo de eso. La obesidad se convierte así en metáfora de la mancha que dificulta la relación consigo mismo, esa virtud de mantener un “término medio” en este trastorno bipolar inducido. Gordos no es particularmente moralista, ni por la derecha ni por la izquierda. Su belleza brota de enfocar la ambigüedad de vivir, de una mirada analítica que querría comprender antes que intervenir. Aparte de un implacable trabajo de ordenador, suponemos, Arévalo hace trabajar a sus actores de manera anómala para lo que es costumbre en estos pagos. Llega a espaciar diez meses la película para dar tiempo a los cambios físicos por los que han de pasar algunos de los sufridos protagonistas. 

         A veces la película juguetea con una inmoralidad exagerada (eso nos parece ahogar a un ex-socio en la sala de la UCI donde amenaza recuperarse) que recuerda a la “anarquía” española que hace tiempo nos aburre. Al principio uno piensa: "Aparta de mi este cáliz". Y esto en dirección muy distinta a la de Vallejo, pues ahora se trata del hastío que nos produce esta nación antitrágica, que deja para el crimen, el flamenco y los toros una violencia que está prohibida en nuestra medianía “enrollada”. Sin embargo, por debajo de brotes esperpénticos, Arévalo afronta el drama de vivir en estado crudo. “¿Me quiere o no me quiere?”. “¿Me folla o no me folla?”. El cuerpo a cuerpo de las obsesiones, la relación, el afecto maltratado, el sexo... en lugar de las guerras que no hemos tenido. El retorno, en forma de esta juvenil guerrilla cotidiana, de todo lo reprimido. Aparentemente, como en el Woody Allen del que estamos hartos. Como en Closer, de la cual nos fuimos pitando. Ya está bien de sexo, nos decimos, de neurosis. Un poco de psicosis, por favor, de oír voces. Incluso nos acordamos de La insurrección que viene (seguro que ya conocéis ese libro) y la ironía de ese Comité Invisible sobre cómo los españoles hemos cambiado, limitándonos a invertir el franquismo, la libertad apolítica por el sexo politizado. 

         Pronto la inteligencia de Arévalo hace derivar este magma hacia un registro existencial menos efímero, donde nada es lo que parece y palpitan espectros. Que además se aluda a ellos a través de fracturas en la fluidez audiovisual, a veces muy logradas, sólo es un síntoma secundario. Esta poética ruptura del hilo narrativo (de pronto, se le retira el movimiento de labios a un personaje, mientras sigue su voz) se hace sin estridencias. Subordinada a la poética del encuentro y de la escena como acontecimiento, la propia terapia de grupo podría ser una disculpa para que cada cual ponga su soledad en juego. Bajo la máscara de un personaje que se inventan para sobrevivir, todos necesitan una mutación, una cura de adelgazamiento que les devuelva el mundo. Así Arévalo teje el devenir cómico de una condición dramática, la simbiosis de drama y ternura. Gordos ensaya sobre la contradicción; como dice el terapeuta para justificar la ausencia del parto de su mujer: "Estaba enfrentándome a mis contradicciones". Y esto inhibiendo el moralismo para no enjuiciar, para dejar que pasen cosas. Dándole salida al coro que tenemos en la cabeza, Arévalo trenza el barroco de las escenas con la sobriedad del guión, una definición fotográfica que enmarque el caos metódico. 

         Personajes ordinarios en situaciones extraordinarias. Sin maniqueísmo, nadie es muy feliz en Gordos, ni hay ninguna solución fácil. La religión misma parece estar de los dos lados, de cualquier lado. Igual que el sexo, que se puede convertir en liberador o paralizante. Como parte de este arriesgado desfiladero, Arévalo se permite el lujo de hacer guiños a American beauty que pasarán desapercibidos. Y sin embargo, ahí están: en la música, en la definición poética de algunas escenas, en un registro existencial que junta vieja sabiduría y escenarios postmodernos, en esa escena del plato estrellado contra la pared. 

         Después de pensar "¿Qué hago yo aquí?", uno piensa: “Mi vida se parece a esto: nunca sé con quién estoy, si subo o si bajo”. Los días de suerte, llevamos bien la actuación profesional. Bajo esa costra, la incertidumbre sigue mordiendo. Los actores de Arévalo, asombrosamente en esta España serial y televisiva, vocalizan y actúan. Como si no conocieran de antemano al espectador, concediéndole una oportunidad a lo no familiar. Poco a poco le dan forma a esta gelatina que constituye el pan nuestro de este país terciario. Una forma compleja, en suma, demasiado compleja para ser percibida, comprendida, comentada. Entre otras cosas, hay en Arévalo una metafísica de la relación que incomoda. Claro, el resultado no es comparable aRevolutionary Road. Pero es que nuestro drama es menor, ¿recuerdan? Somos una entrañable provincia turística, por no decir una monarquía naranjera. Dándole una forma valiente a esta base edulcorada, sin llegar tampoco a los niveles sublimes de Plácido o Los olvidados, la película de Arévalo nos reconcilia con un entorno en el que todavía podrían ocurrir cosas. 



Madrid, 25 de noviembre de 2009.

lunes, noviembre 23, 2009

y si aún no lo conoceis, una suerte descubrirlo










Noticias

Cuba reeditará obras completas de José Lezama Lima
Las obras completas del escritor cubano José Lezama Lima estarán en febrero próximo a disposición del público lector como homenaje, en el centenario de su nacimiento, al autor de la polémica novela Paradiso, según se anunció el pasado 9 de noviembre.
El Instituto Cubano del Libro (ICL) informó que la casa editora Letras Cubanas aspira a presentar los volúmenes correspondientes a su Poesía completa,que contiene un estudio introductorio de César López, durante la XIX Feria Internacional del Libro de La Habana.
Después saldrán sucesivamente sus otros libros de ensayo, entre los que se cuentan Analecta del reloj(1953), La expresión americana (1957) y La cantidad hechizada (1970), así como la novelaOppiano Licario.
Rogelio Riverón, director de la editorial, anunció que también aparecerán los artículos que dedicó a prominentes figuras de las artes plásticas como Arístides Fernández y Víctor Manuel García. También se considera reeditar la Antología de la poesía cubana que Lezama Lima concibió en tres tomos en el primer lustro de los 60, con el añadido de obras de autores del pasado siglo.
El programa completo de homenaje al poeta cubano comprenderá exposiciones de artes plásticas, ciclos de conciertos, publicaciones digitales, proyecciones fílmicas y un coloquio internacional.
Lezama Lima (1910-1976) recibirá el próximo año un homenaje de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Desde hace años, Cuba puso en marcha una política gubernamental encaminada a reivindicar a grandes figuras de la cultura nacional, condenadas al ostracismo en las décadas iniciales de la Revolución.
Lezama Lima, considerado uno de los escritores más influyentes de todo el siglo XX cubano, fundó la revista Orígenes y el mítico grupo literario del mismo nombre.
La crítica considera a la novela Paradiso su obra cumbre que, al ser publicada por primera vez en 1966, fue acusada por algunos como “obra morbosa, hermética, indescifrable y hasta pornográfica”.
Con un estilo barroco, la polémica obra, con abiertas descripciones de la homosexualidad, fue publicada en 1970 por la editorial mexicana Era en una edición revisada por el autor y al cuidado del escritor argentino Julio Cortázar y el mexicano Carlos Monsiváis.
Participante, en septiembre de 1930, en los movimientos estudiantiles contra la dictadura de Gerardo Machado, el escritor sufrió la censura y marginación contra intelectuales y artistas acusados de homosexualidad o “debilidades ideológicas”, durante el llamado “quinquenio gris” (1971-76).
Fuente: El Informador






Cuerpo desnudo en la barca.
Pez duerme junto al desnudo
que huido del cuerpo vierte
un nuevo punto plateado.
Entre el boscaje y el punto
estática barca exhala.
Tiembla en mi cuello la brisa
y el ave se evaporaba.
El imán entre las hojas
teje una doble corona.
Sólo una rama caída
ilesa la barca escoge
el árbol que rememora
sueño de sierpe a la sombra.

jueves, noviembre 19, 2009

Los condenados - Tráiler

sacado de PUBLICO.ES y del blog de cine: http://www.notasdecine.es/13343/trailers/los-condenados-trailer-y-poster-de-la-nueva-pelicula-de-isaki-lacuesta/

domingo, noviembre 15, 2009

LIBRERIA QUIJOTE: nunca es tarde para agradecer a un hombre amable...








Una libreria es un bosque, un pequeño bosque de ramas en flor. Literalmente sale del bosque, y hoy de una forma "sangrienta" por la masificacion de la producion de "libros". El libro troquelado por millones, el mismo libro, el libro vacio, en blanco, donde se amontona el estupido ruido que ensordece el mundo, que lo emborrona. Ese tal vez, pase a vivir  en el estampido deslumbrante de las pantallas
Pero hay librerias, auntenticas alhamedas, donde los libros, como arboles de tinta en rama, reverdecen al contacto de los ojos, de los dedos y de los dedos de los ojos, ramas de tinta espectante de pajaros que las aniden, que los lean.
Entrar y volar es todo uno. Y dedos y ojos se coordinan en sus vuelos rasantes, llenando de melodioso silencio los estantes del alma. Y multiplicando la calidez de sus nidos.
Y alli hay un librero que alimenta el luminoso jolgorio, y cuida de esta fabulosa poblacion migratoria, clientes y libros, libros y clientes, intercambiando, en la lengua de los nomadas   a la que todos pertenecemos, todos los nombres, todos los nombres y sus silencios.
Una libreria siempre sera un oceano de islas del tesoro, los mapas de las islas, y en todas,  el tesoro: las voces y los nombres, el verbo que nos hace a todos dioses, mas que dioses, humanos, sencillamente humanos, convirtiendo  cada  dia en el primer dia del universo.

“Hoy en día se potencia mucho la universidad, pero los estudiantes no entran en las librerías”

entrevista de carmela lópez

José Luis Santalla Vázquez, de 65 años, nació en Ferrol, ciudad en la que sigue viviendo. Está casado y tiene cuatro hijos. Estudió en el instituto masculino y después cursó Magisterio en la Escuela de A Coruña. Terminó la carrera a los 22 años y a los 23 abrió la librería Quijote, situada en la calle Real, al frente de la que sigue, aunque ya están dando los pasos para que una de sus hijas tome el relevo.
El hecho de que haya optado por la profesión de librero es consecuencia de su gran afición a la lectura, que le gusta más que el Magisterio.
José Luis Santalla manifiesta que su librería se nutrió siempre de una clientela fija, por lo que notó muy poco los cambios que se han producido últimamente como consecuencia de las nuevas tecnologías. Principalmente, vende filosofía, poesía y “la literatura con letras grandes, no la de best sellers”. La mayoría de sus clientes son personas de entre 50 y 80 años, por lo que con el paso de los años se va perdiendo. “Se van sumando algunos cuarentones, pero no llegan a suplir a los que fallecen”, puntualiza.
Asegura que, por su experiencia en la profesión, el hombre compra más libros que la mujer, aunque ésta se está introduciendo cada vez más en el mundo de la lectura. De hecho, se muestra convencido de que en pocos años la mujer superará al varón en la afición a la lectura.
José Luis Santalla manifiesta que se está potenciando mucho la universidad, “pero los jóvenes no entran en las librerías”. Desde su punto de vista, esto es consecuencia de que los catedráticos son cada vez más partidarios de los apuntes y la información se busca a través de internet. De ahí que, por ejemplo, los libros técnicos hubiesen desaparecido.
No obstante, el titular de la librería Quijote asegura que el libro no corre peligro de desaparecer, “porque al gran lector le gusta olerlo y manosearlo. Lo quiere no sólo por la lectura, sino como objeto”.
En su establecimiento de la calle Real alberga alrededor de unos 10.000 ejemplares, fundamentalmente de novela, poesía y filosofía. Manifiesta que las publicaciones que hablan de Ferrol se venden bien, sobre todo en el momento que salen a la luz, como libro ocasional.
En cuanto a la literatura gallega, José Luis Santalla indica que no tiene buena salida. “Cuando yo abrí aquí, siendo un libro perseguido, se vendía bien, porque era una literatura de calidad. Hablamos de Rosalía de Castro, Castelao, Blanco Amor..., pero desde que se enseña en los colegios ocurre lo contrario, porque se están recomendando escritores de tres al cuarto, por lo que se ha perdido la afición”.
La mayor venta de publicaciones se registra en fechas concretas del año, como el caso del día de San José, la Navidad, el 23 de abril (Día del Libro) y las Letras Galegas. No obstante, José Luis Santalla sostiene que incluso en estas fechas se vende menos que antes, entre otras causas “porque los niños prefieren otros regalos”.
La jornada laboral de José Luis Santalla comienza a las 09.30 horas, cuando abre la librería. A mediodía cierra a las 13.30 y vuelve a abrir al público a las 16.30, regresando a casa en torno a las diez de la noche. Su profesión conlleva mucho trabajo de oficina, porque requiere estar al día de todas las novedades editoriales que se producen, realizar pedidos y devoluciones y contactar con los distribuidores. A este respecto, José Luis Santalla señala que cuando un cliente solicita un libro que no se tiene en la tienda, el librero trata de localizar la editorial y el distribuidor, realizando después los pedidos a través de internet. De este modo se puede conseguir cualquier obra que se demande, incluso libros extranjeros.
Esta amplia actividad burocrática que conlleva el hecho de regentar una librería propicia que el dueño del establecimiento Quijote pase muchas horas en el mismo, incluso los sábados por la tarde y los domingos.
Como ha quedado claro, su gran afición es la lectura y se inclina por el ensayo, la novela y algo de poesía. Entre sus autores favoritos figuran Giuseppe Tomasi di Lampedusa y Hermann Hesse.
José Luis Santalla también se confiesa amante del cine y la música clásica.
Historia del libro > El término libro procede del latín “liber libri”, que significa corteza, membrana de árbol. Desde sus orígenes, la humanidad tuvo que hacer frente a una cuestión fundamenal: la forma de preservar y transmitir su cultura, es decir, sus creencias y conocimientos, tanto en el espacio como en el tiempo.
Los orígenes de la historia del libro se remontan a las primeras manifestaciones pictóricas de nuestros antepasados, la pintura rupestre del hombre del paleolítico. Con un simbolismo, posiblemente cargado de significados mágicos, estas pinturas muestran animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del hombre antiguo, que trataba de dominar las fuerzas adversas de la naturaleza capturando su esencia mediante su representación. Son el más antiguo precedente de los primeros documentos impresos de que se tiene memoria.
Durante las edades antigua y media de la historia de la humanidad, época en que predominaba el analfabetismo, los libros eran escasos y costosos, puesto que todos estaben escritos a mano en grandes pergaminos que eran custodiados celosamente en algunas bibliotecas, como las de Pérgamo, Alejandría o Bizancio, de modo que quienes querían instruirse en ellos debían viajar a dichas ciudades y solicitarlos.
Con la invención de la imprenta por Gutenberg, se inicia la época de expansión bibliográfica, de la modernidad y del pensamiento crítico, facilitado en la actualidad con el acceso a la información en otro tipo de fuentes, tales como los periódicos, revistas e internet.
No obstante, se tiene conocimiento de que los chinos inventaron mucho antes un artilugio con el que lograron crear el primer libro impreso en el año 868.
El auge del libro no llegó hasta mediados del siglo XVIII, una vez superadas las dificultades tecnológicas que le impedían convertirse en una mercancía. La invención de la imprenta y el desarrollo del papel, así como la aparición de centros de divulgación de ideas, permitieron el surgimiento del escritor profesional, que dependía de editores y libreros y ya no del subsidio público o del mecenazgo de los nobles. A pesar de ello, la minoría que entonces cultivaba el gusto por la lectura se encontraba entre los nobles y las clases altas, ya que sólo estos grupos sociales sabían leer y escribir. Otro factor que potenció el aprecio por los libros fue la censura, que adquirió una mayor relevancia a finales del siglo XVIII.

martes, noviembre 03, 2009

L'ethnologue Claude Lévi-Strauss est ...

L'anthropologue Claude Lévi-Strauss







L'ethnologue est mort dans la nuit de samedi à
Entrevista a Lévi-Strauss
El jueves 24 de abril de 1997, en el suplemento “Cultura y Nación”,
el diario argentino Clarín publicó una entrevista a Claude
Lévi-Strauss. El periodista fue Michel Zlotowski, y destaca que aunque
el antropólogo francés no concede entrevistas, tuvo una excepción ya
que se considera amigo de la Argentina. En ese momento tenía casi 90
años y el artículo se tituló “Desencantos de un Mito del siglo XX”.
El mismo giró principalmente sobre la etnología, la función de la
tecnología en esta disciplina, el desencanto de la sociedad actual e
incluso la ecología y una mirada hacia sí mismo. A pesar de oscilar en
torno a una única disciplina, algunas reflexiones siempre son adecuadas
para la ciencia en general y porque no para la vida cotidiana también.

Brevemente
puede mencionarse que Lévi-Strauss fue el creador de un modelo teórico,
el estructuralismo, que en los años 60´ desbordo la antropología social
para ser aceptado al menos parcialmente por otras disciplinas sociales
(lingüística, sociología, psicoanálisis e historia entre otras). Su
esencia teórica puede resumirse como el abordaje estructural a temas
tales como las reglas del parentesco, la prohibición universal del
incesto, la exogamia e incluso la magia y los ritos. Estos y otros
fenómenos sociales se tratarían de procesos enmarcados en sistemas de
reglas culturales, que podrían ser analizados, desglosados y reducidos
a principios de signos reglamentados por sistemas de comunicación. Es
decir, que “…en esta perspectiva los fenómenos sociales se
definen, pues, como lenguaje: las conductas, las instituciones, las
tradiciones, son mensajes que yo puedo decodificar…”
(Eliseo Verón, en el prólogo a “Antropología Estructural”, Paidós, España, 1992).
En “El antropólogo como autor” (Paidós, España, 1989), Clifford Geertz comentando la obra de Lévi-Strauss y aún declarándose como totalmente alejado del estructuralismo, reconoce que “…cualquiera
que pueda ser el futuro de la circulación del intercambio de mujeres,
de los mitemas, la razón binaria, o de la ciencia de lo concreto, el
sentido de importancia intelectual que el estructuralismo aportó a la
antropología, y más especialmente a la etnografía…tardará mucho en
desaparecer…”
(1989).








LA EXPERIENCIA DE LO EXTRANJERO

La experiencia de lo extranjero es, en cierto sentido, la de la literatura, pues el escritor construye, dentro de su lengua, una lengua propia, extranjera; es también la experiencia de la traducción, que pone en contacto nuestros hábitos mentales y culturales con los ajenos, impregnándose en éstos de su diferencia y ampliando así el mundo. La presente colección de ensayos sobre poesía se acoge a este título para indicar el carácter de la crítica como género de pensamiento y escritura, situada siempre del lado del texto, tratando de abrir lecturas más que de juzgar o establecer categorías. Con esa perspectiva actúan las cuatro secciones del libro: “Apuntes del exterior”, dirigida a cuestiones de índole general y teórica (el pensar, la política, la utopía, la ciencia, el estatuto del poema, la forma libre…); “Notas para una crítica de la tradición”, orientada a problemas de historia de la literatura y al reconocimiento de una sostenida disidencia dentro de la tradición española; “Contemporáneos”, centrada en la obra de una serie de poetas fundamentales en castellano, de Antonio Machado a José-Miguel Ullán, de Cirlot a Gamoneda; y “La poesía objetiva”, que se pregunta por los rasgos de una poética actual a partir de la lectura de Rimbaud y Ponge, de Andrade o Ashbery. Al final de este recorrido, tal vez la crítica acabará mostrándose como reflexión sobre la vida, forma de apuesta existencial.
Cirlot, Ponge, Eugénio de Andrade, Ashbery, Machado, Vicente Núñez, Gamoneda, Gerardo Deniz, Ullán, Aníbal Núñez, Eduardo Milán, Ildefonso Rodríguez, Arthur Rimbaud… son algunos de los autores sobre los que anota y reflexiona Miguel Casado.





domingo, noviembre 01, 2009

! de Noviembre: el otoño adora el sexo de la lumbre



   AMOR IMPRESO EN EL ALMA, QUE DURA DESPUÉS DE LAS CENIZAS
Si hija de mi Amor mi Muerte fuese,
¡Qué parto tan dichoso que sería
El de mi Amor contra la vida mía!
¡Qué gloria, que el morir de amar naciese!
Llevara yo en el alma adonde fuese
El fuego en que me abraso, y guardaría
Su llama fiel con la ceniza fría
En el mismo sepulcro en que durmiese.
De esotra parte de la muerte dura
Vivirán en mi sombra mis cuidados,
Y más allá del Lete mi memoria.
Triunfará del olvido tu hermosura;
Mi pura fe y ardiente, de los hados;
Y el no ser, por amar, será mi gloria.

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