Ylos animales , al regreso, apandaban a los bordes del oscuro camino...
En las esquinas
gruñen
los pasos perdidos
Hay arboles con nidos de acero
que se doblan
como tristes demonios.
Un cielo de vidrio
hace trizas los ojos.
Los caminos se desatan
ante tu pañuelo encendido.
¿Que puedo hacer
con la parte mas salada
de los dias?
y ella, la de la tierna prisa, decia...
un pañuelo en llamas puede desatar
todos los caminos del mundo
pero no puede impedir
que los hombres dejen de soplar
velas apagadas.
Mis ojos pueden aguantar
cielos de vidrio infinito
pero no estan hechos
para el hielo del hombre
y ya sabes, amigo
que la sal
se la come dios
mientras dormimos.
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