sábado, febrero 27, 2010

especulacion de espejos


epitafios digitales en el cyberespacio
("el cyberespacio no existe :es una alucinación consensuada de espacio y superficie. Nuestro cerebro percibe espacios cuando navegamos por internet y nos comunicamos con otros usuarios, pero lo que percibimos como espacio son en realidad códigos binarios,enterrados en vastos corredores mundiales de información") William Gibson



En el mar de la nada donde navegan estas líneas solo se escucha crepitar a los ceros y gemir a los unos. Ronronean los rígidos en sus 7200 rpm, los leds rojos y verdes dirigen la autopista informática. El mensaje al vecino pasa antes por un servidor a 8000 kilómetros de distancia. Entrelazado y no entrelazado, el monitor hipnotiza igual, es el ojo parpadeante que barre un simulacro de realidad. Cuando se apaga nada queda.

De que me sirve el quijote si está guardado en un archivo en un disco en una supermáquina cuando me cortaron la luz. Quién conoce mejor que el mouse óptico, la tensión de abrir el correo y esperar si viene o no algún mail. Casi como la espera de un cartero virtual

Sin embargo de vez en cuando de este mar de nada emergen restos del naufragio, un remolino escupe un texto, un fragmento de poema, una foto, un acorde perfecto. Y ya nada podrá ser como antes.

El mensaje en la botella llegó a destino. Queda por saber si el destinatario esta vivo y dispuesto a recibirlo. Y si tiene ganas de contestarlo ( y buscar otros sobrevivientes)...



(c) Francisco A. Chiroleu




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lunes, febrero 22, 2010

NO HAY DISCURSO DEL METODO, de Julio Cortazar, mi cronopio favorito


La Máquina de Escribir: Un inédito de Cortázar
Un inédito de Cortázar


Julio Cortázar: No hay discurso del método

Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek, el cuento del gato con botas, el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier cosa, pero después, después hay que llegar, no se sabe bien a qué, pero llegar,
llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en una hora final descubras que caminaste volaste corriste reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario, o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y de caspa en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa saga de ser hombre.

No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste, dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos despedidos por tarjeta, dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin cenizas de uranio, de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso que en plena noche te sume en la maraña turbia de las pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta para mostrarte el camino, para orientar esa mano que ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante, porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado, punto de partida que es llegada.

Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano. Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de Scriabin, para llegar no sabes bien a qué, pero llegar. Entonces, mira, a veces una muchacha parte en bicicleta, la ves de espaldas alejándose por un camino (¿la Gran Vía, King´s Road, la Avenue de Wagran, un sendero entre álamos, un paso entre colinas?), hermosa y joven la ves de espaldas yéndose, más pequeña ya, resbalando en la tercera dimensión y yéndose,
y te preguntas si llegará, si salió para llegar, si salió porque quería llegar, y tienes miedo como siempre has tenido miedo por ti mismo, la ves irse tan frágil y blanca en una bicicleta de humo, te gustaría estar con ella, alcanzarla en algún recodo y apoyar una mano en el manubrio
y decir que también tú has salido, que también tú quieres llegar al sur,
y sentirte por fin acompañado porque la estás acompañando, larga será la etapa pero allí en lo alto el aire es limpio y no hay papeles y latas en el suelo, hacia el fondo del valle se dibujará por la mañana el ojo celeste de un lago. Sí, también eso lo sueñas despierto en tu oficina o en la cárcel, mientras te aplauden en un escenario o una cátedra, bruscamente ves el rumbo posible, ves la chica yéndose en su bicicleta o el marinero con su bolsa al hombro, entonces es cierto, entonces hay gente que se va, que parte para llegar, y es como un azote de palomas que te pasa por la cara, por qué no tú, hay tantas bicicletas, tantas bolsas de viaje, las puertas de la ciudad están abiertas todavía, y escondes la cabeza en la almohada, acaso lloras. Porque, son cosas que se saben: la ruta del sur lleva a la muerte.

Allá, como la vio un poeta, vestida de almirante espera, o vestida de sátrapa o de bruja, la muerte coronel o general espera sin apuro, gentil, porque nadie se apura en los aeródromos, no hay cadalsos ni piras, nadie redobla los tambores para anunciar la pena, nadie venda los ojos de los reos ni hay sacerdotes que le den a besar el crucifijo a la mujer atada a la estaca, eso no es ni siquiera Ruán y no es Sing-Sing, no es la Santè, allá la muerte espera disfrazada de nadie, allá nadie es culpable de la muerte y la violencia es una vacua acusación de subversivos contra la disciplina y la tranquilidad del reino, allá es tierra de paz, de conferencias internacionales, copas de fútbol, ni siquiera los niños revelarán que el rey marcha desnudo en los desfiles, los diarios hablarán de la muerte cuando la sepan lejos, cuando se pueda hablar de quienes mueren a diez mil kilómetros, entonces sí hablarán, los télex y las fotos hablarán sin mordaza, mostrarán cómo el mundo es una morgue maloliente mientras el trigo y el ganado, mientras la paz del sur, mientras la civilización cristiana.

Cosas que acaso sabe la muchacha perdiéndose a lo lejos, ya inasible silueta en el crepúsculo, y quisieras estar y preguntarle, estar con ella, estar seguro de que sabe, pero cómo alcanzarla cuando el horizonte es una sola línea roja ante la noche, cuando en cada encrucijada hay múltiples opciones engañosas y ni siquiera una esfinge para hacerte las preguntas rituales.

¿Habrá llegado al sur?

¿La alcanzarás un día?

Nosotros, ¿llegaremos?

(Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, una lista de desaparecidos, un viento en el tejado)

¿Llegaremos un día?

Ella partió en su bicicleta, la viste a la distancia, no volvió la cabeza, no se apartó del rumbo. Acaso entró en el sur, lo vio sucio y golpeado en cuarteles y calles pero sur, esperanza de sur,
sur esperanza. ¿Estará sola ahora, estará hablando con gente como ella?, ¿mirarán a lo lejos por si otras bicicletas apuntaran filosas?

(un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek)

¿Llegaremos un día?


Julio Cortázar
(Inédito, 1977)




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domingo, febrero 14, 2010

con Haití, la palabra encarnada





Mud Mothers Madres de barro


the children of haiti // los niños de haití
are not mythological// no son mitológicos

we are starving// están muriendo de hambre

or eating salty cakes// o comiendo galletas saladas

made of clay// de arcilla

because in 1804 we felled// porque en 1804 derribamos
a
our former slave captors// a nuestros anteriores cazadores de esclavos

the graceless losers sunk// los despiadados vencidos hincaron

vindictive yellow// sus amarillos vengativos

teeth into our forests// dientes en nuestros bosques

what was green is now// lo que fue verde , ahora

dust & everyone knows// es polvo, y todos saben
trees unleash oxygen// los árboles liberan oxígeno

(another humble word// (otra humilde palabra 

for life)// para la vida)

they took off// los cortaron

with our torn branches// con nuestras ramas desgarradas

beheaded our future// decapitaron nuestro futuro

stuck our breath up on pikes// y dieron un sablazo a nuestro aliento

for all the world to see// para que todo el mundo lo viese



we are a living dead example// somos un ejemplo viviente de la muerte

of what happens to warriors who //- de lo que le ocurre a los guerreros que

in lieu of fighting for white men's countries// - en vez de luchar por los países de los / blancos

dare to fight// se atreven a luchar
for their own lives// por su propias vidas
during carnival// durante el carnaval
we could care less// podíamos no preocuparnos tanto
about our bloated empty bellies// por nuestros abultados estómagos vacíos
where there are voices// donde hay voces
we are dancing// bailamos

where there is vodou// donde hay vudu
we are horses// somos caballos
where there are drums// donde suenan los tambores
we are possessed// estamos poseídos
with joy & stubborn jamboree// con alegría y jolgorio


but when the makeshift// pero cuando temporalmente
trumpet player// el trompetista
runs out of rhythmic breath// agota su aliento rítmico
the only sound left is guts// y el único sonido que queda
grumbling// es el ruido de sus tripas

& we sigh// y suspiramos
to remember// al recordar
that food// que la comida
& freedom// y la libertad
are not free// no están libres

is haiti really free Haiti// es libre realmente
if our babies die starving?// si nuestros hijos mueren de hambre?
if we cannot write our names //si no podemos escribir nuestros nombres
read our rights keep// leer nuestros derechos, conservar
our leaders in their seats?// a nuestros líderes en sus lugares?

can we be free really?// podemos ser libres realmente?
if our mothers are mud?// si nuestras madres son de barro?
if dead columbus keeps cursing us// si muerto Colón sigue maldiciéndonos
& nothing changes// y nada cambia
when we curse back// cuando blasfemamos

we are a proud resilient people// somos un orgulloso pueblo maleable*
though we return to dust daily// aunque volvamos al polvo todos los dias
salt gray clay with hot black tears// arcilla gris salada con lágrimas negras calientes
savor snot cakes// sazonan tortas de mocos
over suicide// sobre el suicidio

we are hungry// somos hambrientas
creative people// personas creativas
sip bits of laughter// sorbemos traguitos de risas
when we are thirsty// cuando tenemos sed
dance despite// a pesar bailamos

this asthma// este asma
called debt// llamada deuda
congesting// congestiona
legendarily liberated// los legendariamente liberados
lungs// pulmones


- Lenelle Moïse
©Lenelle Moïse 2009
Used with permission.

Alicia Zárate
La poeta en la foto escribió un poema premonitorio antes del sismo. Lo traduje para que se entienda el sentido nada más

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