Notas al pie de página
    por Juan F. Molinera 
1
    El agua repiquetea,
    vacilante, exhausto,
    sombra alargada del rostro,
    difusa,
    La calle y el coche centellea,
    ya no soy hombre,
    respirar,
    soy el trueno que llega,
    lloverá,
    y el alma que se lo lleva.
    1998.
    2   
¿Quién me halagará con su presencia?
¿quién llorará mi perdida?
  Será el viento pasajero,
  o la lluvia insulsa
  con si caída de desdén
  o las lagrimas de algún desamor,
Será el tiempo
  el que me cubra de polvo,
  me resuma a un epitafio.
Será la historia
  la que me impida salir
  y la vida que me dejó aquí.
Donde estarás tú
  que ahora ríes,
  a donde habrán ido las risas,
  quizás allí,
  de donde
  procede el olvido.
Pasa el tiempo,
  segundo, minuto, hora, ...
  Ya ha llegado.
  Silencio.
   1998.
3
Hace frío,
  el viento que arrastra animas
  lagrimas de poeta caen
  sobre asfalto verde,
  es Otoño,
  y tengo frío.
  1998.
4
La presencia (fugaz) del metro,
  resaca (ojerosa) de lluvia,
  ciudad (anciana) en que vivo,
  calendario (oblicuo) de ayer,
  negro paso de la vida,
  le pedí que no existiera,
  que no caminase
  aquella tarde de lluvia
  en que se heló, ...
  ...que sé yo, mí,
  su,
  sin corazón.
   1998.
5
Mar rojo de aplausos
ángulos, dispares direcciones,
  insípida brisa
  que seca mi saliva,
  un movimiento –vítores-
  lento, -sonrisa-
  un hecho
  -una mueca-
  mar rojo, (de espanto)
  una recta, única dirección
  sabrosa brisa,
¡¡Hoy creo en Dios¡¡
6
Piedra de formas
  cuadrada,
  redonda
  mil y unas
  pero siempre está,
  escondida,
  ofrecida,
  como la costa,
  oscilante y presente.
  1998.
7
¿Qué quedará cuando ya no estés?
  que aire rodará por las nubes
  -el viento chocará-
  los rostros neutros de todo,
  hacia el sucio arenal del mar
  llevando las almas hacia las olas
  onduladas como ropa vieja
  manchada de lodo,
  grises mañanas,
  sentimientos de pesar,
  una vida añeja.
 
  1999.
8
El tiempo es un tirano,
  un embaucador, un tormento,
  un río de mierda que estremece
  el único que dice
  si estamos o no estamos,
  el que arrastra, el que conduce
  absorbedor del espacio
  tobogán de la vida
  lugar donde lloro,
  habitación sin puertas
  y sin persianas,
  lugar con luz de amanecer
  recicladora
  asesino, juez y verdugo,
  tiempo, profeta,
  cárcel,
  luz de atardecer.
 
  1999.
  Pd. Un instante. De nuevo, otro.
9
...
10
Viento humilde afronta fuerte
  en el cielo de lo azul,
  un camino triste voltea (y siente)
  tardes de mañana,
  mañanas de la noche, un largo
  sendero de pasión,
  un corto trazo
  de silencio
  un corazón,
  pero por ahora...
¿oyen?, calla,
  Silencio.
  1999.
11
Formas irregulares,
  aluden a una forma
  a un bello lienzo
  de hojas secas,
  de cálidos tonos ocres,
se conforman,
trasciendo el viento
  en el rostro y los
  labios cortados por
  el frío,
  eso es algo lleno
¿o vacío?
dos colores juzgan
  una nada actúa.
  1999.
12
El mar se agitó bruscamente
  durante la noche,
  el alba amansó los truenos
  del recuerdo,
  fervientemente buscó la calma
  sudorosa, del invierno,
  en una ola desatada de años.
La paz brillaba en el azul cielo
  de la calma,
  todo atrás,
  ya nada brama.
Pero el atardecer invoca a nuevos fantasmas,
  a esa hora, a ese momento
  en que el café está caliente
  y el sueño galopa en el corazón,
  a esa hora, a este valiente..
Un guiño de un Dios irónico,
  un espíritu burlón cuyas
  carcajadas resuenan
  en las gradas de la memoria,
La tempestad vuelve a levantar
  olas de tristeza,
  es una broma pesada,
  una idea bastarda o
  la fijeza
  de una estaca elevada
  en el fondo del placer.
Es el mar, la paz, el atardecer,
  un guiño, una estaca, una esperanza ...
 
  finales del ´99.
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