Buenas noticias, siempre llegan buenas noticias que hablan de las otras caras del mundo que no se foxilizan en la miseria de la abundancia.
La noticia de la concesion del premio Gil De Biezma a Cremer y a Eduardo Fraile (accesit) me llena de alegria.
Casualidad? Un momento antes de recibier la noticia, hojeaba "con la posible excepcion de mi mismo", un libro hermosisimo de Eduardo, editado por él mismo en Valladolid, en el 2002, admiraba como llena de palabras a la que le pide angeles y dejaba que mis dedos hiciesen cabotaje por sus femeninas Pucelas.
Felicidades para los tres.
Noticias(sacado del DIARIO DE LEON)
Crémer, quien reside en León y cumplirá 102 años este mes, recibió el premio por su obra El último jinete. Según Santonja, la poesía de Crémer sigue teniendo “una raíz y un aliento biográfico” incontestable, como se demuestra en este último libro que, a deducir de las palabras del poeta, no será el último. Crémer recibió una escultura de Cossío y un cheque de 10.000 euros.
“El último jinete es el último libro que voy a escribir”, aseguró Crémer, quien por ello atribuye a este libro un “significado especial. El significado de la despedida”. El libro es “un homenaje a la tierra en la que he vivido”. Lo definió también como “la síntesis general de una manera de entender no sólo la literatura y la poesía, sino la vida”. Un libro lleno de emoción y con el poso de quien, con un siglo de vivencias, está a bien consigo mismo. Porque, en su opinión, “un libro de poesía es el afán de un poeta que intenta decir lo que siente”.
A propósito del galardón, uno de los más prestigiosos en el ámbito de la poesía, Crémer confiesa tenerle “cierta afición, por la gente que ha contribuido a dármelo. Ya se sabe que el que tiene padrino, se bautiza; y el que no, se queda judío. Soy un afortunado, pero el mérito es de los que se reúnen y de común acuerdo deciden concederle el premio a uno que anda por ahí humilde y errante”.
El director de la Real Academia de la Lengua (RAE) y miembro del jurado, Víctor García de la Concha, explicó el pasado mes de junio, tras el fallo del premio, que “es un libro escrito desde la última vuelta del camino, un repaso a la vida, pero con la misma actitud apasionada de los primeros libros de Crémer”.
Como anécdota, García de la Concha dijo haber intuido, cuando estaba leyendo El último jinete, que el autor era Crémer, por un detalle muy revelador de la personalidad del poeta leonés: “Había utilizado la misma máquina de escribir que la que empleaba en los años cincuenta”.
Por su parte, Santamaría subrayó que en esta ocasión el Gil de Biedma se ha visto prestigiado por el ganador, un hombre “con una vida llena, plena y coherente, una vida llena de vida. El premio Gil de Biedma se honra, se siente privilegiado con este ganador. Para él nuestro reconocimiento y aplauso”. Santamaría destacó la calidad de las obras presentadas, lo que dificultó sobremanera la labor del jurado.
El Gil de Biedma tiene además dos accésit que en esta ocasión han recaído en Ángeles Mora y en Eduardo Fraile. La primera logró el galardón gracias a su trabajo Bajo la alfombra, ejemplo, en palabras de Gonzalo Santonja, de poesía rehumanizadora e introspectiva. Mora no pudo asistir a recoger su premio, consistente en una escultura de Cossío y 3.000 euros.
Sí lo hizo Eduardo Fraile, que obtuvo el accésit gracias a su poemario titulado La chica de la bolsa de peces de colores. Fraile, nacido en Madrid en 1961 pero afincado en Valladolid, reveló que los poemas de este libro están dedicados a su madre, “pues ella me dio el ser, pero también me enseñó a leer”, dijo antes de recoger la escultura y el cheque por valor de 3.000 euros.
Santonja aseguró que se trata de tres obras “muy cabales” que representan “tres modos muy distintos de entender y practicar la poesía en español”. Por ello, destacó que la decimoctava edición del Gil de Biedma “ha sido una de las más afortunadas” de las celebradas hasta el momento.
Durante la ceremonia de entrega, que tuvo lugar en el salón de actos de la Diputación Provincial de Segovia, se recordó la figura del escritor y periodista Juan Manuel González, ganador de la edición del 2006 del premio Gil de Biedma, que falleció el pasado mes de junio.
Fuentes: Diario de León • Norte de Castilla
Y aqui su voz, la Eduardo Fraile, un poema que da titulo a otro de sus libros en rama:
"Llevaba una bolsa de peces de colores
y una camiseta negra con un verso de Verlaine.
(De Mallarmé, que me diga,
o, bueno, medio verso: La chair est triste, hélas!)
Yo dije el otro medio con excelente pronunciación
de St. Germain
des Prés: Et j'ai lu tous les livres...
Como dos espías que casan sus mitades
de una carta de baraja, a los pocos minutos
estábamos en su cama, o en la mía.
Los peces por ahí, sobre su breve
ropa interior. Lo hicimos
(el amor, el tiempo) con profusión, copiosamente,
derrochadores, francos,
sin palabras, que no fueran ininteligibles
para ambos, que hablábamos
como esculpiendo bloques de silencio
primordial.
Cuando el hambre nos atenazaba, extenuados
y felices, un ángel rojo en disfraz de motorista
nos traía kebabs, o pizzas, o menús
orientales. Los peces los pusimos en un tarro de cristal
sobre la lavadora. Qué hacer
cuando una pelirroja se propone matarte
a polvos, bella como un planeta incógnito,
eficaz, definitiva.
Fueron días de luz líquida, concreta,
que se nos escurría de las manos. Charcos
de cielo en que chapotear
como niños. "Bajo a por croissants",
dijo entonces con la voz más deliciosa de la Tierra,
aquí en la Vía Láctea. Ssitema
Solar. Y no volvió.
Cuido sus peces
como si de su vida dependiera de algún modo la mía,
es decir, su regreso
cada vez más improbable. Les leo a Proust".
Y otro poema de VICTORIANO CREMER
SUEÑO, PORQUE VIVO EN MI
Sueño, luego existo.
Pienso
que sueño tan hondo y cierto
que el sueño me despierta
en mitad del pensamiento.
Y me duele este soñar,
pensando que es tan sin sueño,
que los sueños se me rompen
—espumas del pensamiento—
en las arenas del mar
en que soñando, navego.
¿Pero existo? ¿Dónde y cómo?
Aquí, encerrado, me encuentro
en el sueño sin salida
que teje mi pensamiento,
preguntándome, doliéndome,
de ser, soñándome, cierto.
Soledad de soledades:
ya ni yo mismo me sueño,
pensando que existo y soy
sueño de mi pensamiento.
MADRIGAL DE PAZ
Anónimo escribió "
Por esta paz, esposa, que te ofrezco,
ya madura en la sangre, hecha corteza,
qué paciente tributo de tristeza
pagué día por día.
¡No merezco
tanto dolor!
(El hombre, entre las manos
a veces tiene un corazón y quiere
morir con él intacto. Pero muere
lleno de soledad).
Ecos lejanos
traen mi voz antigua de metales;
mi fría voz de hielos transparentes.
¡Que hasta tu nombre, esposa, fue en mis dientes
tallo de amargas hieles minerales...!
Pero todo es ya campo sin orillas,
lleno de paz. El sol se transfigura
en la ceniza gris de esta clausura,
y abandona sus llamas amarillas.
Yo soy para ti, esposa, como un viento
que humildemente llega y se deshace
contra tus ojos; en agua que renace
entre sus piedras, sin color ni acento.
No es posible dar más de lo que he dado
para llenar el pozo al que me asomo.
El pan que yo te traigo; el pan que como
tiene sabor de trigo macerado.
Trigo soy con sustancia. Pan en duelo
para el desconocido.
(El hombre quiere
gritar "Amor" a veces, pero muere
en el silencio, en tanto el alto cielo
se llena de esta paz, esposa, de esta
consagración definitiva).
—¡Toma
mi paz de sangre!
¡Goce mi paloma
del esplendor caliente de su fiesta...!
ya madura en la sangre, hecha corteza,
qué paciente tributo de tristeza
pagué día por día.
¡No merezco
tanto dolor!
(El hombre, entre las manos
a veces tiene un corazón y quiere
morir con él intacto. Pero muere
lleno de soledad).
Ecos lejanos
traen mi voz antigua de metales;
mi fría voz de hielos transparentes.
¡Que hasta tu nombre, esposa, fue en mis dientes
tallo de amargas hieles minerales...!
Pero todo es ya campo sin orillas,
lleno de paz. El sol se transfigura
en la ceniza gris de esta clausura,
y abandona sus llamas amarillas.
Yo soy para ti, esposa, como un viento
que humildemente llega y se deshace
contra tus ojos; en agua que renace
entre sus piedras, sin color ni acento.
No es posible dar más de lo que he dado
para llenar el pozo al que me asomo.
El pan que yo te traigo; el pan que como
tiene sabor de trigo macerado.
Trigo soy con sustancia. Pan en duelo
para el desconocido.
(El hombre quiere
gritar "Amor" a veces, pero muere
en el silencio, en tanto el alto cielo
se llena de esta paz, esposa, de esta
consagración definitiva).
—¡Toma
mi paz de sangre!
¡Goce mi paloma
del esplendor caliente de su fiesta...!
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