sábado, octubre 19, 2013

"Lento proceso" de JOSE LUIS CANCHO, en Papeles mínimos

"Lento proceso" y Papeles mínimos
Un libro cuya lectura es inolvidable



«Escribir siempre fue una profesión en crisis, pero al hacerlo no te lo planteas»
José Luis Cancho, durante una presentación de su última novela, 'Lento proceso'. :: Morella Muñoz-Tebar T



Lento proceso es el título de la novela de José Luis Cancho con la que se inaugura la trayectora narrativa de la editorial madrileña Papeles mínimos. Esta es la sinopsis: "Un escritor en crisis busca lejos de su medio habitual la inspiración perdida. Retirado en un hotel vacío frente a una playa desierta, terminará comprobando que el mundo se ha reducido a su pequeña habitación, donde pasa las horas contemplando el mar, reflexionando y esforzándose en escribir. En Lento proceso se desvela el vínculo que conecta el pasado y el presente, el conocimiento de uno mismo y el empeño literario de construir una nueva obra". Para más información sobre la obra o la editorial este es su correo electrónico: papelesminimos@telefonica.net


ENTREVISTA:

TERATURA

«Escribir siempre fue una profesión en crisis, pero al hacerlo no te lo planteas»

El vallisoletano vuelve a la novela tras nueve años sin publicar con 'Lento proceso', una historia sobre la propia escritura

19.09.13 - 21:20 - 


Son muchos los géneros y los contenidos que llenan las páginas de los libros y agradan a los lectores. Pero no tantas hablan del mero hecho de escribir, del periodo que va desde que el autor tiene una idea hasta que consigue plasmarla en el papel. O de esos momentos frustantes en los que nunca llega la inspiración y la papelera no puede seguir tragando más celulosa arrugada. Todo esto es lo que se planteó el escritor José Luis Cancho para escribir su novela 'Lento proceso' (Papeles Mínimos, 2013) una historia de búsqueda de la musa ausente y los largos periodos de los escritores para amueblar su mente.
–¿Por qué hablar de cómo escribir una novela?
– Es una de las claves de este libro. Yo tengo una teoría. Ya sabes que siempre se ha dicho que el crítico es un novelista frustrado. Pues a mí me ocurre justo lo contrario, soy un crítico frustrado que escribe libros y de ahí que me interese ver cómo funciona por dentro la novela. Y este aspecto reflexivo viene precisamente de eso, A mí me interesa la crítica como género. Es uno de los más complicados y esa afición se transparenta en la obra.
¿Le ocurre lo mismo que al protagonista, sufre ese 'Lento proceso' cuando tiene una historia?
–De alguna forma sí. Es una de las cosas en las que más me transparento. Ese proceso de maduración de la idea, de reflexión sobre la propia obra, la lentitud... Probablemente sea una de las novelas más autobiográficas en ese sentido. Es una historia muy reflexiva.
–Peter Handke, Nabokov, Tanizaki... son varios los autores que menciona a lo largo de la obra, ¿qué función cumplen?
–Para mí son como pequeñas dosis de inspiración. Memorizo las citas y sus obras y sé que en algún momento aparecerán y me darán una idea. Los autores que reflexionan sobre su obra suelen reconocer la influencia de otros autores. Esto también me viene de mi papel de crítico frustrado... La novela es una especie de urdimbre y las citas son los nudos que van armando la obra.
–¿Por qué esos cambios en la voz narradora, que pasa de la tercera persona al 'tú' y luego al 'yo' en el cierre autobiográfico?
–Frente a la idea de la novela coral en la que cada capítulo toma la palabra un personaje, la idea era darle al mismo protagonista voces distintas. Hay un proceso de acercamiento hacia sí mismo, por eso ese cambio del 'él' al 'tú' y después al 'yo'.
–¿Necesita esa quietud y ese silencio para dar forma a sus ideas?
–Sí, en ese sentido también soy como el protagonista. Necesito tranquilidad, un espacio silencioso donde abstraerme. Hay quien escribe aunque no esté en una situación así. Bueno, un claro ejemplo sois vosotros los periodistas, que podéis estar rodeados de ruido y aún así abstraeros para concentraros en vuestro trabajo.
–Pero el protagonista encuentra la inspiración en las mujeres que se va encontrando...
–Si, son un elemento muy importante en la novela. Yo diría que el libro tiene algo de recuento sentimental con las relaciones que a través de ellas se establecen con el pasado o la seducción que ejercen sobre el protagonista. Es como si, en esa búsqueda del protagonista de su 'yo' creador, cada mujer guardase una porción de su personalidad y el las va descubriendo.
–Viendo todo lo que vive el protagonista en busca de esa inspiración, ¿los escritores que escriben un libro al año cómo mantienen la calidad?
–Bueno, es un proceso distinto al 'lento' que describo en la novela. Les envidio porque tienen esa facilidad. No tienen porqué perder calidad, hay magníficos escritores que escriben un libro al mes, aunque no todas pueden ser obras maestras, evidentemente.
–Ahora se dice que es complicado dedicarse a la cultura en general pero salvo contadas excepciones, ser escritor siempre ha sido una profesión en crisis.
–Siempre ha sido complicado sí, pero cuando escribes no te planteas el efecto, simplemente lo haces. La gente no deja nunca de escribir, la inspiración siempre está ahí
–¿En qué momento decide ser escritor?
–No sabría decirte. Soy un escritor tardío, quizás la experiencia que tuve cercana a la muerte me hizo dar el salto (fue arrojado por la ventana de la Jefatura Superior de Policía, ubicada en la calle Felipe II, tras ser arrestado en 1974). Me cambió la perspectiva y ayudó a sacar lo que llevo dentro.
–¿Tiene consejos para los que se están planteando lo mismo?
–Bueno, ser escritor suele conllevar soledad, pero recomiendo ponerse en contacto con colegas, preguntar y comparar textos. Ya no hay tertulias, algo que habría que recuperar.

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